En el ámbito de las telecomunicaciones, el «jamming» se refiere a la interferencia intencional de las señales de radiofrecuencia o de comunicación con el objetivo de perturbar o bloquear la transmisión de datos. Este tipo de interferencia puede ser llevada a cabo mediante la emisión de señales de radio en la misma frecuencia que la señal que se desea bloquear, lo que provoca interferencias y puede hacer que la comunicación sea ininteligible o inoperable.
Existen diferentes motivos para llevar a cabo el jamming en las telecomunicaciones, y estos pueden incluir:
- Guerra Electrónica: En contextos militares, el jamming se utiliza como una táctica para interferir con las comunicaciones enemigas, ya sea para bloquear la transmisión de información o para confundir al adversario.
- Seguridad y Contramedidas: En entornos civiles, el jamming puede ser utilizado como medida de seguridad para proteger información confidencial o prevenir ataques de interferencia externa.
- Actividades Ilegales: En algunos casos, individuos o grupos pueden emplear jamming con fines ilegales, como bloquear señales de comunicación para cometer actividades delictivas o sabotear servicios críticos.
- Pruebas y Evaluación: En entornos controlados, el jamming también se puede utilizar con fines de prueba y evaluación, como para evaluar la resistencia de sistemas de comunicación ante interferencias.
Es importante destacar que el jamming puede tener consecuencias negativas en la calidad y fiabilidad de las comunicaciones, y en muchos casos, su uso está regulado por normativas y leyes para prevenir interferencias no autorizadas.